La imprenta mayúscula para primeros lectores

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Acompañar el desarrollo de las competencias de un primer lector implica considerar especialmente los distintos aspectos del libro que se va a ofrecer: el tamaño, las imágenes, el texto, la tipografía. El libro debe resultar cómodo para esas manos que los sostienen, de modo que invite a ser abierto una y otra vez. Una vez abierto, todo en su interior debe ser amigable al lector. La elocuencia de las imágenes y el juego con el color son la puerta de entrada para la construcción del significado y una apelación infalible a la imaginación infantil. En ese escenario descansa el texto, un código diferente que pide ser descifrado, también.

La opción por parte de los maestros -entre otros adultos- por la imprenta mayúscula tiene que ver precisamente con ofrecer un texto que desde lo visual ya invita a la lectura: el tamaño más grande y las líneas rectas son sinónimos de simpleza. Es comparable, además, a los primeros trazos que ellos empiezan a ejecutar, lo que transmite al niño confianza al momento de abordar la lectura en sentido convencional.

Asesoraría Pedagógica de Kapelusz Editora



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